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domingo, 3 de julio de 2011

Beautiful Darkness_Cap Tres

1 comentario:
 
Capitulo Tres
Dolor y placer
Bella POV
Corrí lo más rápido que pude mientras el llanto que tenía trabado en mi garganta dolía, mucho más que aquel ardor del dulce y exquisito olor que poseía el vampiro de ojos dorados. Podía sentir las lágrimas deslizarse por mi rostro, esas lágrimas de Vampsolts que dolían como una punzada en mi estómago, esas rojas lágrimas que me impedían ver hacia donde iba, o que tenía al frente; esas lágrimas que me nublaban la vista y me hacían ver todo de color rojo.
Gracias a ellas, no me fije de la raíz que salía a la superficie de un árbol en el medio del bosque, y tropecé con ella, cayendo hacia el frente, boca abajo. Me arrodillé en el suelo, abracé mi estómago y mis brazos, y dejé que el llanto saliera. Más que llanto parecía un aullido de dolor, pero la realidad era esa. Cada llanto de Vampsolt, dolía como si un camión con cargas pesadas te pasara por encima.
¿Qué me había pasado? ¿Por qué había sentido su aroma tan atractivo hacia mí? ¿Por qué, al final, lo miré de una forma extraña, casi pacífica o atractiva, y no como mi presa? No encontraba respuesta a todas esas preguntas.
Mi llanto, cada vez se iba volviendo más y más doloroso, y audible. Sentía en mi estómago un golpe, que dolía como los mil demonios, con cada gota que caía por mi rostro; sentía mis ojos arder con cada lágrima que se escapaba, esas rojas lágrimas que parecían sangre.
-¡Bella! –escuché el grito de Max antes de sentir sus brazos a mi alrededor y sus manos acariciar mi espalda- Tranquila, -intentó calmarme mientras me sentaba en su regazo y me acurrucaba en su pecho. Yo no dejé de abrazar a mi estómago, que dolía- ¿Qué ocurrió? -preguntó mientras secaba las lágrimas de mi rostro.
-N-nunca…me había p-pasado, -tartamudee entre medio del llanto- el vampiro…
-Por favor, dime que no hiciste una estupidez –me interrumpió mientras suspiraba.
-No, pero…estuve apunto…-conteste hipando.
-¿Qué ocurrió? –volvió a preguntar- Lo único que vi por la ventana de mi clase, fue a ti, salir corriendo hacia el bosque, y a uno de los vampiros seguirte hasta la entrada.
-¿Qué? –pregunté atónita alejándome de él para mirarlo al rostro. 
-Sí, te vi a ti correr hacia el bosque, y uno de los vampiros, el de pelo cobrizo para ser más exactos, te siguió hasta la entrada –lo miré sorprendida.
-¡¿Y?! –exigí saber.
-Y yo que se, Bells. La vampiriza, la de pelo negro, lo agarró antes de que llegara a más adentro.
Quedé en estado de shock. ¿Cómo era posible que el vampiro me haya seguido? Quiero decir, era posible, pero era extraño. La verdadera pregunta era, ¿por qué lo había echo?
-Bella, ¡dime de una vez qué ocurrió!
-¡No lo se! Su aroma era distinto al de cualquier otro vampiro, y…me…atrajo…-contesté bajando mi mirada. Él no contestó, solo se quedó en silencio, sumergido en sus pensamientos.
Luego de unos minutos, en los que estuvimos allí sentados, se escuchó el timbre desde el Instituto, indicando que el día había terminado. Max me levantó, y me abrazó por los hombros mientras íbamos caminando hacia el estacionamiento, donde seguramente se encontraban Kimberly y George. 
Cuando estuvimos a la vista de todos, muchas miradas desagradables y acusantes de los estudiantes se posaron sobre nosotros. ¡Malditos humanos! Lo último que me faltaba, sentirme intimidada por ellos…
Suspiré frustrada justo cuando Kim se me acercó y limpió mi rostro antes de llegar al estacionamiento mientras Max se dirigía al auto en el cual George ya se encontraba dentro, esperándonos.
-¿Estas bien? –me preguntó Kimberly preocupada. Asentí sin mirarla a los ojos, sabía que ellos no expresaban lo que yo decía. Ella pasó uno de sus brazos por mis hombros y fuimos caminando hacia el auto.
Cuando llegamos a él, me giré inconciente, o quizás MUY conciente, buscándolo con la mirada entre todos los humanos presentes. Mis ojos se toparon con aquellos ojos dorados, solo que ahora se veían entristecidos y confundidos. Bajé mi mirada y me subí al auto, recostándome en el asiento observando por mi ventana como el estacionamiento se perdía a lo lejos y a toda prisa.
.
.
.
-“La tua cantante…” –susurró Riley interrumpiendo mi relato de todo lo que había ocurrido ese día con el vampiro de ojos dorados.
-¿Qué?
-Dijiste que la sangre te atrajo, -dijo mirándome serio. Asentí- eso quiere decir que esa sangre canta para ti, Bella –fruncí el ceño confundida- Lo que quiero decir es que esa sangre esta “hecha” en especial para ti, el monstruo de tu interior, lo que somos, te torturará hasta que esa sangre no corra por el interior de tu garganta…-me estremecí con sus palabras. A veces, el tono tétrico y espeluznante de Riley no ayudaba demasiado.
-Gracias, Riley –dije en tono irónico, a lo que él soltó una pequeña y burlona risa.
Se levantó del sofá individual en el que estaba y caminó hacia mí, que también estaba sentada en uno de ellos al frente de él. Una vez que llegó a mí, colocó sus manos en los brazos del sofá, dejándome atrapada entre el respaldar del sofá y su cuerpo.
-De nada, -dijo con su rostro demasiado cerca del mío antes de juntar sus labios con los míos.
La relación que tenía con Riley era solo de una noche, aparte de que él era el líder del aquelarre. Pasábamos una noche llena de placer que nos otorgábamos el uno al otro, pero nada más. Él, como hombre, dejaba mucho que desear, a mí opinión, pero no podía negar que era muy bueno en la cama.
Sus labios comenzaron a bajar por mi cuello, dejando besos húmedos que provocaron que comenzara a jadear mientras cerraba mis ojos. Esos profundos ojos dorados volvieron a mi mente.
-Riley, no estoy de humor ahora…-dije al recordar todo lo que había ocurrido ese día.
-Pero yo sí, -dijo antes de tomarme por la cintura y alzarme. Rodee su cintura con mis piernas únicamente por inercia, antes de que me pegara contra la pared con rudeza y sus labios atacaran los míos con ferocidad.
-Riley, -dije contra su boca intentando quitarlo, pero cuando me di cuenta de que nada serviría me dejé llevar, como hacía siempre.
Su lengua luchaba contra la mía en una batalla que parecía no tener fin, ni ganador mientras sus manos iban despojando, mejor dicho rasgando, de mi cuerpo toda tela existente. Seguí sus mismas acciones, no me quedaría de brazos cruzados mientras él me dejaba desnuda y a su merced.
Riley besaba y lamía cada centímetro de mi piel, haciéndome olvidar todo lo ocurrido, hasta sorprendiéndome cuando abrí mis ojos y me encontré recostada en su cama, doblemente reforzada para este tipo de ocasiones, por lo que éramos.
Todo el aire innecesario que poseía en mis pulmones se salió de golpe, al mismo tiempo que un delicado gritito, en el momento en que su lengua hizo contacto con mi clítoris masajeándolo lentamente, dándome demasiado placer. Jugó con mi sexo lamiéndolo, y acariciándolo con sus expertos dedos al mismo tiempo. Grité con fuerza su nombre cuando me dejé llevar por el fuerte orgasmo. Si alguna cualidad poseía Riley, esa era la de saber cómo darle placer a una mujer.
Comenzó a subir por mi cuerpo de vuelta a mis labios, donde pude saborear mi propio sabor con ese salvaje beso. Su miembro comenzó a rozar mis labios íntimos y juguetear con mi clítoris, haciendo que gruñidos de placer y frustración se perdieran en su boca, al mismo tiempo que su burlona risa en la mía.
De la nada, soltó el beso y deje de sentir su miembro contra mi sexo, dejándome confundida y realmente frustrada. Abrí los ojos para encontrarme con la sonrisa petulante de Riley. Lo miré confundida y con el ceño fruncido, cuando de repente sentí sus miembro introducirse en mí con fuerza y sin delicadeza alguna. Grité con todas mis fuerzas mientras encajaba mis uñas en su espalda, haciendo que él gruñera.
Comenzó a entrar y salir con rudeza y rapidez, sin darme tregua alguna, pero dándome el mayor de los placeres. Enredé mis piernas en su cintura para ayudarlo con las embestidas, aunque no era necesario, él me conocía y sabía cómo me gustaba. 
-Oh si, Riley, así, sigue, sigue…–mi voz estaba entrecortada y jadeante, el calor era inmenso, estaba cerca de sentir la deliciosa explosión.
-Así, Bella, vente para mi, cariño –él me tomo de la cadera y me levanto un poco, sus arremetidas se hicieron más rápidas y alocadas, estábamos cerca.
Siguió y siguió, hasta que sentí el placer envolverme, sentí mi cuerpo tensarse y convulsionar, el calor que comenzó a emanar en todo mi cuerpo era indescriptible, eche mi cabeza hacia atrás y arquee mi espalda pegándome más a él.
-¡Ahhh, si! ¡Riley! –solté y caí rendida sobre la cama.
Luego de unas cuantas embestidas más departe de él, sentí cómo me llenó por completo dejándose caer sobre mi cuerpo tembloroso.
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Chikas!! Aca les dejo cap de uno de mis fics favoritos, aunque aveces lo descuide un poquito ^_^ Espero les guste, y espero sus coments!! =)
Ally**

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